392 pp.; 24x17 cm ISBN 978-987-1922-20-8
El Dr. Juan Fernando Gallardo Lancho, Prof. de Investigacion Ad Hororem del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASa, centro del CSIC), es el autor de “La materia orgánica del suelo: Residuos orgánicos, humus, compostaje y captura de carbono”, obra editada por la Sociedad Iberoamericana de Física y Química Ambiental (www.sifyqa.org.es), donde se realiza un repaso por investigaciones científicas relevantes para el manejo de la agricultura y del medio ambiente.Se acaba de publicar el libro “La materia orgánica del suelo: Residuos orgánicos, humus, compostaje y captura de carbono”, con contenidos especialmente orientados a investigadores y técnicos.
El libro surgió como consecuencia de la experiencia del Dr. Gallardo en la temática, quien durante años ha impartido numerosos cursos en universidades de Iberoamérica, recogiendo sus conocimientos en torno a este tema. Por tanto, dicha obra está dirigida a estudiantes e investigadores, pero también a técnicos que trabajan directamente en el campo, puesto que pretende no ser estrictamente científico, sino más bien práctico (esto es, útil).
No se habla de materia orgánica del suelo exclusivamente desde el punto de vista agrícola, dado que es tanto un asunto capital para la agricultura (y para la economía de la mayor parte de los países de Latinoamérica), como también básico desde el punto de vista ambiental (lo que ya se ha convertido en una preocupación prioritaria en la región citada, al igual que en los países más avanzados tecnológicamente).
En general existe una idea muy distorsionada de lo que es la materia orgánica del suelo; el público lo suele identificar con el mantillo o la hojarasca y piensa que es un componente nutritivo, pero no tiene nada que ver con eso, puesto que son dos subsistemas diferentes. La materia orgánica del suelo es más bien inerte, pero afecta enormemente a las propiedades físicas y químicas del suelo, hasta el punto de que todas sus propiedades físicas tienen que ver con el contenido de materia orgánica edáfica, incluidos los aspectos relativos a la erosión.
Precisamente, en Iberoamérica se pueden encontrar frecuentes ejemplos de cómo el mal uso del suelo provoca una pérdida de materia orgánica edáfica y esto, a su vez, deriva en erosión. Puede ser el caso de la erosión eólica en La Pampa argentina, o la erosión hídrica a lo largo de los Andes o las Sierras Madres mejicanas. Por ello los efectos de la pérdida de materia orgánica edáfica pueden tener características muy variadas, pero todas negativas.
También generalmente se piensa que lo químico es malo y lo orgánico es bueno cuando, en realidad, toda la vida es pura química y la agricultura es siempre orgánica; suelen ser meros prejuicios. Es más, los componentes orgánicos pueden contaminar tanto o más que los inorgánicos, puesto que los segundos no dependen, en general, de la microbiología, por lo que son mucho más fáciles de manejar.
En este sentido, la materia orgánica del suelo también está muy relacionada con el medio ambiente. Cuando una sociedad llega alto nivel de vida (similar al de muchos países europeos) en general ya no interesa tanto que el suelo produzca, sino que sirva para depurar ambientalmente. De hecho, uno de los síntomas de desarrollo es la multiplicación de la producción de residuos; mientras que los residuos inorgánicos se pueden manejar más fácilmente al no tenerse en cuenta el componente microbiológico, los orgánicos pueden ser realmente peligrosos. Por tanto, es el suelo agrícola el que tiene que depurar los excesos ambientales humanos, dado que no queda otra solución. Por ello se difunde la idea de que el compostaje y la utilización de lodos o fangos cloacales son buenos (dado que contienen muchos nutrientes), un discurso que va encaminado en la línea de que el campo acepte los residuos que les sobra a la ciudad; esto no es siempre cierto, pues aunque lo suele ser para las compostas, no lo es tanto en el caso de los lodos.
Aunque es cierto que los residuos orgánicos pueden ser beneficiosos por el déficit general de materia orgánica de los suelos, es necesario que se cumplan unas garantías sanitarias de manera que esté asegurando que sean beneficiosos (y no contaminen con metales pesados o con bacterias que no sean positivas para las produccione)s. Además, en Iberoamérica las grandes cantidades de residuos orgánicos no sólo proceden de las urbes, sino también de productos que ocupan enormes extensiones de cultivos, como la palma aceitera, el banano o la piña.
La Ciencia actual puede conseguir que todos esos desechos sean aprovechables y no sean un problema de contaminación. De hecho, la tecnología ya existe, aunque falte a veces el conocimiento tecnológico o el dinero para aplicarlo. Un ejemplo de ello son las depuradoras de aguas, obligatorias en todos los núcleos de población de Europa, pero que no siempre funcionan precisamente por falta de presupuesto.
Por otra parte, otro ejemplo de la íntima relación entre materia orgánica del suelo y medio ambiente es la captura de carbono, que se promueve para disminuir los gases de efecto invernadero en la atmósfera. Es frecuente que se proponga que se utilice la biomasa vegetal como capturadora de carbono, pero ello puede ser un error porque al final se tala, o se hace papel o muebles con ella, o se termina quemando; por tanto, donde habría que capturar carbono es como materia orgánica del suelo, ya que de esta manera quedaría estable y a salvo de la depredación humana o animal o del fuego. Todo ello se expone de manera siempre razonada en el libro, exponiendo ejemplos concretos y ayudándose con figuras para mayor facilidad de comprensión.
Introducción. El humus del suelo.
Capítulo I: Base biológica de la materia orgánica del suelo
Capítulo II: Base bioquímica de la materia orgánica del suelo
Capítulo III: Interacciones fisicoquímicas de la materia orgánica del s
Capítulo IV: Las sustancias húmicas del suelo
Capítulo V: Factores que afectana las sustancias húmicas edáficas
Capítulo VI: Métodos de estudio de la matera orgánica del suelo
Capítulo VII: Estiércoles y cobertura del suelo
Capítulo VII: Estiércoles y cobertura del suelo
Capítulo VIII: Compostas y vermicompostas
Capítulo IX: Lodos y fangos cloacales
Capítulo X: Modelizaciónde la dinámica de la materia orgánica del suelo
Capítulo XI: Humus y Física de suelos
Capítulo XII: Ciclo de carbono, cambio climático y captura de carbono
Capítulo XIII: El manejo de la materia orgánica del suelo
Capítulo XIV: Epilogo: Consideraciones finales
Referencias bibliográficas
Símbolos y fórmulas más comunes utilizadas enesta O
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12 cuotas de $6.460 | Total $77.520 |
3 cuotas de $20.541,33 | Total $61.624 | |
6 cuotas de $14.039,33 | Total $84.236 | |
12 cuotas de $14.314,67 | Total $171.776 |